- Probabilidad más alta en la edad adulta de deprimirse, de tener baja autoestima.
- Dificultades severas en las relaciones interpersonales, especialmente en alcanzar intimidad con otra persona.
- Disfunciones de su sexualidad en un espectro muy amplio, desde evitar por completo el ejercicio de la sexualidad hasta mostrar un comportamiento sexual compulsivo y de cierta manera "adictivo" y promiscuo.
- Dificultades en la formación de la identidad, que van desde la personalidad múltiple o estados transitorios disociativos, donde se da una ruptura entre las funciones psíquicas de emociones, recuerdos, pensamientos y comportamiento, frecuentemente impidiendo que la persona se "conecte" con sus verdaderos sentimientos. Al defenderse del dolor, también pierde la capacidad de sentir amor o placer.
- Estrés postraumático.
- Disminuye la capacidad de aprendizaje de los niños, influyendo sobre su capacidad productiva cuando llegan a la vida adulta.
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